En los años 90, el mundo de los videojuegos vivió una de sus épocas más emocionantes

la guerra entre Sega y Nintendo. Dos gigantes que no solo competían con consolas y juegos, sino que también protagonizaban una batalla publicitaria que definió a toda una generación de gamers.

Nintendo, el rey indiscutido de los 80

  • Tras el éxito de la NES (Nintendo Entertainment System), Nintendo dominaba el mercado.
  • Juegos como Super Mario Bros., The Legend of Zelda y Metroid la convirtieron en sinónimo de videojuegos.
  • La marca era vista como la opción familiar, confiable y segura.

La llegada de Sega y el nacimiento de Sonic

  • Sega irrumpió con la Genesis (Mega Drive en otros países), una consola más potente que la NES.
  • Para competir con Mario, crearon a Sonic the Hedgehog, un personaje rápido, rebelde y con actitud.
  • Sonic se convirtió en un símbolo de modernidad y rebeldía, atrayendo a jugadores más grandes.

La guerra publicitaria

  • Sega lanzó la campaña “Genesis does what Nintendon’t”, atacando directamente a Nintendo.
  • Los comerciales mostraban a la Genesis como una consola más rápida, potente y “cool”.
  • Nintendo, en cambio, apostaba a la confianza y la calidad de sus franquicias clásicas.

La batalla de los 16 bits

  • La Super Nintendo (SNES) llegó en 1990 con mejores gráficos y sonido.
  • Juegos como Super Mario World, Donkey Kong Country y The Legend of Zelda: A Link to the Past marcaron época.
  • Sega respondió con títulos como Sonic 2, Streets of Rage y Mortal Kombat (sin censura, a diferencia de la versión de Nintendo).
  • Esta competencia obligó a ambas empresas a mejorar constantemente su catálogo.

El legado de la rivalidad

  • Aunque finalmente Nintendo logró mantenerse en el mercado y Sega abandonó las consolas tras la Dreamcast, la rivalidad dejó huella.
  • Gracias a esa competencia, los 90 se convirtieron en la era dorada de los videojuegos.
  • Los fans aún recuerdan con nostalgia esas batallas entre Mario y Sonic, que más tarde se unirían en juegos como Super Smash Bros. y Mario & Sonic at the Olympic Games.

Conclusión:

La guerra entre Sega y Nintendo en los 90 fue mucho más que una competencia de consolas: fue un choque cultural que definió a los gamers de toda una generación. Cada compañía aportó innovación, creatividad y personajes inolvidables. Hoy, más que rivales, son parte de un legado compartido que marcó la historia de los videojuegos.